Dietas cetogénicas para la pérdida de peso: ¿Es recomendable su uso?

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Dietas cetogénicas para la pérdida de peso: ¿Es recomendable su uso?

Publicado por: Nutricionista Ximena Rodríguez

Fecha: 2 febrero, 2022

Es sabido que el sobrepeso y la obesidad junto con sus complicaciones aumentan cada año transformándose en un problema de salud pública. Innumerables propuestas dietoterapéuticas han surgido para atacar este problema las que buscan cambiar el patrón de la dieta y así promover la pérdida de peso. Muchas de estas estrategias aún son controversiales con respecto a la efectividad y las consecuencias negativas para la salud. Las dietas cetogénicas, o keto o low carb con o sin restricciones calóricas, se enmarcan en este contexto.

¿De qué se trata la dieta keto?

Esta dieta consiste en una reducción importante de la ingesta de hidratos de carbono hasta el punto de producir una cetosis, resultando en un estado similar al ayuno.  La cetosis es la característica distintiva de este tipo de dietas y está dada por la producción de cuerpos cetónicos (principalmente hidroxibutirato, acetoacetato y acetona), productos de oxidación de ácidos grasos en el hígado y la reducción de los niveles de glucosa en la sangre. Los cuerpos cetónicos proporcionan un sustrato alternativo a la glucosa para la obtención de la energía. Por eso se dice que en esta dieta se pasa de un metabolismo glucolítico a lipolítico (obtención de energía a partir de las reservas de grasa).

El contenido de hidratos de carbono en estas dietas suele ser inferior a 30-50 g al día o 0,2 a 0,4 gr  por Kilo de peso al día, cubriendo el resto del aporte calórico con consumo de grasas y proteínas, lo que explica que quienes realizan este tipo de dietas reportan una mayor saciedad.

Para hacerse una idea de esta reducción, en las recomendaciones dietoterapéuticas clásicas alrededor del 50% de las calorías de la dieta debe ser aportado por carbohidratos. Por ejemplo, en una dieta de 1800 calorías, 900 deben provenir de los hidratos de carbono y como 1 gr de hidrato de carbono aporta 4 calorías, da como resultado 247 gr de carbohidratos al día. Como vemos, se trata de una reducción bastante importante.

¿Cómo surgió la dieta cetogénica?

La dieta cetogénica partió en los años 20 como una opción de tratamiento para la epilepsia en niños. Se descubrió que el ayuno podría disminuir las crisis convulsivas. Posteriormente se realizaron otros estudios que demostraron que el beneficio del ayuno terapéutico en la epilepsia era resultado de la cetosis y que se podía llegar a este estado no necesariamente ayunando sino que a través de una reducción importante de los carbohidratos de la dieta con un elevado aporte de grasas.

Sin embargo, la dieta cetogénica actual como herramienta para el control de peso surge a partir de estudios realizados en los últimos años, donde se le atribuye una rápida pérdida de peso y en apariencia sin efectos secundarios. Han ganado popularidad en las personas que buscan bajar de peso haciendo énfasis en la distribución de macronutrientes sin importar la cantidad de calorías consumidas en el día.

Sin embargo, existe polémica y desacuerdo sobre el uso de estas dietas, pues aunque se hayan realizado muchos estudios para comprobar su eficacia y sus efectos tanto benéficos como adversos, los resultados o la interpretación de los mismos difieren bastante entre sí, sin tener claro la relación costo beneficio de su uso para el tratamiento de la obesidad y la prevención de enfermedades relacionadas con la misma. Tampoco se ha evaluado con precisión sus efectos a largo plazo sobre parámetros fisiológicos y bioquímicos, principalmente en los tejidos hepático, cardíaco y renal.

Ventajas y desventajas de las dietas cetogénicas

Las ventajas que se mencionan en el uso de estas dietas son: que tienen un mayor efecto saciante (dado por el aporte de grasas y proteínas), lo que puede disminuir la ingesta calórica, no afecta el perfil lipídico, incluso puede ayudar a mejorarlo.

Dentro de las desventajas está la baja ingesta de vitaminas, minerales y fibra ya que estos micronutrientes son aportados por frutas y verduras los que están limitados en esta dieta. Todos estos nutrientes son muy importantes para el funcionamiento correcto del organismo.

Otros efectos adversos que se reportan son: estreñimiento, diarrea, calambres, halitosis (por la aumentada producción de cuerpos cetónicos) y debilidad o fatiga general. Por otra parte, contrariamente a lo que se piensa, las dietas cetogénicas no son más fáciles de seguir que las dietas altas en hidratos de carbono.

Además, no todas las personas pueden utilizar este tipo de dietas, ya que aquellas que tienen enfermedades cardíacas o del hígado tienen mayores riesgos de seguirlas por el alto contenido de grasas que puede comprometer el funcionamiento del corazón y cuando hay una patología del hígado, por su imposibilidad para metabolizarlas y para llevar a cabo la gluconeogénesis (síntesis de glucosa a partir de precursores que no son carbohidratos).

Por otra parte, en algunos estudios se observó un deterioro en la cognición con el uso de las dietas cetogénicas, especialmente en los siguientes parámetros: poder de atención, velocidad de la memoria y procesamiento de la información.

En varias revisiones sistémicas donde se analizan estudios (meta análisis) y se comparan los efectos de las dietas cetogénicas y las convencionales sobre la pérdida de peso, se ha concluido que ambas dietas son eficaces en dicho objetivo. La adherencia al plan alimenticio tiene una mayor influencia en la eficacia del tratamiento que la distribución de macronutrientes.

Podemos concluir entonces que las dietas cetogénicas tienen más desventajas que ventajas y no ofrecen una pérdida de peso significativamente mayor que las dietas convencionales, por lo que no es recomendable como opción de tratamiento. La clave está en la reducción calórica, estrategias para controlar apetito y saciedad y la adherencia al tratamiento.

Ximena Rodríguez

Nutricionista

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