Los cereales integrales son beneficiosos para la salud. La recomendación es consumir diariamente unos 45 gramos de alimentos integrales, o sea aquellos que son elaborados con las tres partes del grano que son el salvado, endospermo y germen. Con esta proporción diaria es posible reducir hasta en un 20% el riesgo de sufrir de diabetes y en un 18% el de padecer cáncer de colon.

Cabe recordar que las harinas integrales son aquellas que resultan de moler los granos de cereales completos, en tanto que las harinas refinadas carecer tanto de salvado como de germen.

El aporte de energía de ambas harinas es muy similar por lo tanto los alimentos integrales no son considerados como light ya que contienen cantidades de carbohidratos y proteínas similares. En el caso de la harina integral sí contiene algo más de grasa y fibra como también de vitaminas y minerales que la refinada.

Los cereales integrales tienen muchas propiedades y entre ellas destacan los beneficios nutricionales que aportan al organismo. Se trata de un alimento natural y saludable que no debe faltar en una dieta equilibrada y variada.

Ricos en fibra los cereales integrales también contienen hidratos de carbono de absorción lenta dando una mayor sensación de saciedad, siendo indicados para las dietas para adelgazar.

Beneficios de los cereales integrales en la dieta diaria

1.Ayudan a reducir los niveles de colesterol alto.
2.No aportan calorías de grasas y azúcares sino energía.
3.Protegen el corazón y los intestinos en su funcionamiento.
4.Disminuyen la glucosa en la sangre y por ello son recomendables para las personas que padecen de diabetes.
5.Mantienen la alcalinidad del organismo, liberando la acidez.
6.Durante siglos, diferentes cereales tales como el maíz, centeno, arroz, trigo y avena fueron parte importante de la dieta de las personas.

Recuperar el hábito de consumir cereales integrales es a todas luces beneficioso para la salud, por ello quienes no están acostumbrados al consumo diario de este alimento deberán incluirlo en su dieta de manera progresiva y en cantidades pequeñas para permitir que el organismo se acostumbre.