El ejercicio funcional consiste en realizar movimientos que imitan actividades cotidianas, como sentadillas, empujes, levantamientos y estiramientos. Este tipo de actividad física es ideal para personas de todas las edades y estilos de vida, ya que ayuda a mejorar la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad, reduciendo el riesgo de lesiones.

Según la Organización Mundial de la Salud, la actividad física regular, incluso en forma de ejercicios funcionales en casa o en el trabajo, contribuye a la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión y la depresión.

En el contexto latinoamericano, donde muchas personas tienen rutinas laborales sedentarias o poco tiempo para ir al gimnasio, se recomienda aprovechar espacios como el hogar o el entorno laboral para realizar pausas activas: subir escaleras, hacer sentadillas al levantarse de la silla o practicar estiramientos durante el día.

La clave está en adaptar el ejercicio a tus posibilidades y mantener la constancia. Recuerda que 30 minutos diarios de actividad física moderada pueden marcar una diferencia significativa en tu salud física y mental.

Consulta siempre con un profesional de la salud antes de iniciar una nueva rutina, especialmente si tienes condiciones médicas preexistentes.