Incorporar rutinas de actividad física en familia es una estrategia efectiva para combatir el sedentarismo y prevenir enfermedades no transmisibles, como la diabetes y la hipertensión, que afectan a millones de personas en Latinoamérica.

La Organización Panamericana de la Salud recomienda al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado para adultos y 60 minutos diarios para niños y adolescentes. Realizar caminatas, juegos al aire libre o deportes en grupo no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también fomenta hábitos positivos desde la infancia.

Además, la actividad física compartida fortalece los lazos familiares y contribuye al bienestar emocional, creando espacios de comunicación y apoyo mutuo. Aprovecha los espacios públicos, parques y plazas de tu comunidad para moverte en familia y construir juntos un estilo de vida más saludable.

Recuerda que la constancia es clave: establecer horarios fijos y actividades variadas aumenta la motivación y el compromiso de todos los miembros del hogar.