Los frijoles, base de la alimentación latinoamericana, son una excelente fuente de fibra soluble, la cual contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) en sangre. Además, su bajo índice glucémico ayuda a mantener estables los niveles de glucosa, siendo recomendados para personas con riesgo de diabetes tipo 2.

Estudios recientes respaldan que consumir frijoles al menos tres veces por semana puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar el control metabólico. Su aporte de proteína vegetal y minerales como hierro, magnesio y potasio los convierte en un alimento ideal para una dieta balanceada.

Para aprovechar sus beneficios, se recomienda cocinarlos sin exceso de grasa ni embutidos, y acompañarlos con cereales como el arroz para obtener una proteína completa. Este hábito, además de económico y sostenible, promueve la salud digestiva y el bienestar general.

Consulta a un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en tu dieta, especialmente si tienes condiciones médicas preexistentes.