Tips Nutrición
Tips Nutrición
Publicado por: Nutricionista Ximena Rodríguez
Fecha: 8 febrero, 2023
Diversos estudios han mostrado una asociación entre el consumo excesivo de carnes rojas y procesadas con el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes, aumento del colesterol total y ciertos tipos de cáncer. Es importante aclarar que las carnes rojas corresponden a todos los tipos de músculo de mamíferos, incluyendo vacuno, cerdo, cordero, caballo o cabra.
Las carnes procesadas son las que han sufrido algún tipo de transformación para mejorar su sabor o conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen una o más variedades de carnes rojas.
Desde hace algunos años, la OMS emitió un informe donde el consumo de carne roja fue clasificado como probable cancerígeno para los seres humanos. Sin embargo, a pesar de esta asociación, la OMS no llamó a eliminar el consumo, sino que recomendó que se modere su ingesta a 1 – 2 veces por semana e idealmente de tipo magro. Esto, debido a que también existen beneficios del consumo de carne dentro de una dieta equilibrada y saludable por su aporte de proteínas de alto valor biológico, hierro (del tipo que se absorbe mejor) y vitamina B12 (nutriente esencial necesario para la formación de glóbulos rojos, la función neurológica y la síntesis de ADN).
Dejar de comer carnes rojas puede traer beneficios para la salud en el corto y largo plazo, aunque también puede traer algunas desventajas.
Al dejar de comer carnes rojas o disminuir su ingesta, a corto plazo puede tener un efecto en el estado nutricional, bajando o normalizando el peso, ya que al eliminar este alimento se da más énfasis en la alimentación de verduras, legumbres, granos, semillas, frutas, frutos secos, etc., los que en general contienen menor aporte calórico, menos grasa y más fibra.
Si no reemplazas adecuadamente las proteínas de las carnes rojas por otras fuentes de proteínas (carnes blancas, lácteos, huevo, legumbres, etc), podría repercutir en el crecimiento, desarrollo y salud muscular del individuo. Esto es complejo según la edad y etapa fisiológica en la cual te encuentras, ya que los niños o adolescentes en etapa de crecimiento, embarazadas, nodrizas o deportistas tienen aumentadas sus necesidades de proteínas. También en adultos y adultos mayores es importante considerarlo debido a la disminución fisiológica de masa muscular que ocurre con la edad, lo que podría repercutir en sarcopenia (pérdida de volumen, fuerza y funcionamiento de los músculos).
Al eliminar o disminuir la ingesta de carnes podrían producirse déficit nutricionales, sobre todo de hierro, por lo que es importante realizar chequeos médicos con exámenes de sangre y detectar a tiempo una posible anemia.
Dejar de comer carne roja termina siendo una decisión personal, sin embargo es importante sopesar los riesgos y beneficios. Un consumo moderado no debiera suponer riesgos para la salud, sobre todo si se logra compensar los nutrientes por otras fuentes de alimentos, incluir fuentes proteicas de origen vegetal, elegir cortes magros y preparaciones saludables (cocidas, al horno) y realizar chequeos médicos para evaluar estado de nutrición. Si se cumple esto, dejar de comer carnes rojas o disminuir su ingesta, a largo plazo, mejora la salud en general, disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas y cáncer.
Ximena Rodriguez
Nutricionista