Incorporar una caminata de 30 minutos diarios a ritmo moderado (que puedas hablar, pero no cantar) es uno de los hábitos más sencillos y efectivos para mejorar la salud cardiovascular en adultos latinoamericanos.

Organismos como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan acumular al menos 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada para reducir el riesgo de hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular, tres de las principales causas de muerte en la región.

Si pasas muchas horas sentado por trabajo o transporte, puedes dividir la caminata en bloques de 10 a 15 minutos a lo largo del día: bajar una parada antes del bus, usar las escaleras en lugar del ascensor o dar una vuelta a la manzana después de cada comida. Lo importante es mantener la constancia más que la intensidad.

En climas cálidos o húmedos, comunes en gran parte de América Latina, se recomienda caminar en horas de menor calor (mañana temprano o final de la tarde), usar ropa ligera, calzado cómodo y llevar siempre agua. Si tienes enfermedad cardíaca, diabetes u otra condición crónica, es aconsejable consultar primero con tu médico antes de aumentar la actividad física.

Este hábito no solo beneficia al corazón: caminar con regularidad también se asocia a mejor calidad de sueño, menor estrés y mejor salud mental, aspectos clave en entornos urbanos con altos niveles de contaminación, ruido y tiempos largos de desplazamiento.