Incorporar estiramientos de piernas en la rutina diaria ayuda a mejorar la flexibilidad, prevenir lesiones y aliviar la tensión muscular. Con solo unos minutos, tus piernas pueden sentirse más ligeras y preparadas para cualquier esfuerzo.

Estirar las piernas después de entrenar o incluso tras pasar mucho tiempo sentado es fundamental para mejorar la flexibilidad, prevenir lesiones y aliviar la tensión muscular. Dedicar unos minutos al día a estos ejercicios no solo ayuda a relajar los músculos, sino que también favorece la circulación y la recuperación.

Un estiramiento básico es el de cuádriceps: de pie, sujeta un pie por detrás llevando el talón hacia el glúteo y mantén la rodilla alineada con la otra pierna durante 20-30 segundos. Para los isquiotibiales, siéntate con las piernas estiradas al frente e inclínate suavemente hacia adelante intentando alcanzar la punta de los pies sin forzar la espalda. Ambos son perfectos para liberar tensión tras correr o entrenar.

Otra opción muy efectiva es el estiramiento de gemelos: apoya las manos en la pared, adelanta una pierna y deja la otra extendida atrás, manteniendo el talón apoyado en el suelo. Mantén la postura 20 segundos y cambia de pierna. Incluir estos ejercicios en tu rutina diaria hará que tus piernas se sientan más ligeras, flexibles y preparadas para cualquier actividad.