GLP-1 y obesidad: por qué no reemplazan la base de dieta y ejercicio

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GLP-1 y obesidad: por qué no reemplazan la base de dieta y ejercicio

Publicado por: periodia periodia

Fecha: 15 diciembre, 2025

Los medicamentos para la obesidad basados en análogos de GLP-1 (como semaglutida o liraglutida) tienen ahora una guía global de uso por parte de la OMS, que los reconoce como una herramienta valiosa para tratar esta enfermedad crónica cuando hay indicación médica.

Sin embargo, los expertos insisten en que **no son pastillas milagrosas**: si se usan sin cambios en el estilo de vida, el peso tiende a recuperarse al suspender el fármaco. En Latinoamérica, donde la obesidad avanza rápido, la recomendación sigue siendo combinar cualquier tratamiento médico con tres pilares:

  1. Comer local y con más fibra: prioriza frutas como banano, papaya, piña, mango o maracuyá; legumbres (lentejas, frijoles, porotos); granos enteros (avena, maíz no ultraprocesado, quinoa); y grasas saludables (aguacate, semillas, aceite de oliva o de canola). Estos alimentos ayudan a controlar el apetito y mejoran la glucosa.

  2. Moverse todos los días: aunque la guía de GLP-1 es clínica, la evidencia sigue mostrando que al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada (caminar rápido, bailar, bicicleta) mejoran la sensibilidad a la insulina y protegen el corazón. Si estás empezando, dividirlo en bloques de 10–15 minutos varias veces al día es una estrategia realista.

  3. Acompañamiento profesional: el uso de GLP-1 debe ser indicado y supervisado por personal de salud, con evaluación de efectos adversos, ajustes de dosis y apoyo nutricional y psicológico. Esto es clave para no depender solo del fármaco y para evitar rebotes bruscos.

Si estás considerando estos medicamentos, la recomendación es clara: primero consulta con un médico, revisa tus hábitos y piensa en el GLP-1 como apoyo, no como sustituto de una base sólida de alimentación saludable y movimiento adaptado a tu realidad.