Las frutas tropicales como la guayaba, la papaya, el mango y la piña son abundantes en Latinoamérica y destacan por su alto contenido de vitamina C, fibra y compuestos antioxidantes.

Incluirlas en tu alimentación diaria puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, favorecer la digestión y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Estudios recientes respaldan que la vitamina C contribuye a la función normal de las células inmunitarias y protege contra el daño oxidativo.

Además, consumir productos locales apoya la economía regional y garantiza mayor frescura y valor nutricional. Opta por frutas frescas en desayunos, meriendas o como postre, y aprovecha la diversidad de sabores y beneficios que ofrece la naturaleza latinoamericana.