Dormir entre 7 y 9 horas cada noche es fundamental para la salud integral, según organismos internacionales y autoridades sanitarias.

En Latinoamérica, donde el ritmo de vida puede ser acelerado y el estrés cotidiano afecta la calidad del sueño, priorizar el descanso nocturno es esencial para prevenir enfermedades cardiovasculares, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la memoria.

Estudios recientes destacan que un sueño adecuado reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, obesidad y depresión. Además, dormir bien favorece la regulación hormonal, el control del apetito y la recuperación muscular, aspectos clave para quienes practican actividad física.

Para lograr un descanso óptimo, se recomienda establecer horarios regulares, evitar el uso de pantallas antes de dormir y crear un ambiente oscuro y silencioso en la habitación. Incorporar infusiones relajantes como la manzanilla o el toronjil, tradicionales en la región, puede ser un complemento natural y seguro.

Recuerda: el sueño es tan importante como la alimentación y el ejercicio para una vida saludable.