El entrenamiento funcional se ha consolidado como una de las mejores opciones para quienes buscan mejorar su movilidad, fuerza y equilibrio en la vida cotidiana. A diferencia de rutinas tradicionales, este tipo de ejercicio se enfoca en movimientos que replican actividades diarias, como agacharse, levantar objetos o girar el torso.

Según expertos en salud y fitness, incorporar ejercicios funcionales como sentadillas, estocadas, planchas y trabajo con bandas elásticas puede reducir el riesgo de lesiones en adultos y adultos mayores, además de favorecer la independencia y el bienestar físico.

En Latinoamérica, donde el acceso a gimnasios puede ser limitado, el entrenamiento funcional puede realizarse en casa o en espacios públicos, utilizando el propio peso corporal y elementos sencillos. Se recomienda iniciar con rutinas guiadas por profesionales y aumentar la intensidad progresivamente.

La evidencia científica respalda que la práctica regular de entrenamiento funcional mejora la postura, la coordinación y la capacidad cardiorrespiratoria, contribuyendo a la prevención de enfermedades musculoesqueléticas.

Dedica al menos 30 minutos, tres veces por semana a este tipo de actividad para notar beneficios en tu salud y calidad de vida.